miércoles, 28 de abril de 2010

Siguen riendose de nosotros con el Baluarte de Menacho. ¿Tienen licencia de apertura?

 EL PEDESTAL DE LA PLAZA DE SANTO DOMINGO 
Y LAS MARQUESINAS DEL BALUARTE DE MENACHO

 No entendemos cómo el propio Ayuntamiento ha dejado construir sobre el Baluarte de Santiago dos enormes marquesinas, que dudamos que cuenten con la aprobación de la propia Comisión de Patrimonio Histórico, paso obligado al tratarse de un baluarte del S. XVII que goza de la máxima protección por estar declarado Bien de Interés Cultural. Estas marquesinas que comunican el aparcamiento con la plaza superior –por otro lado innecesarias al tener salida directa a la calle y a la escalinata exterior de subida- se unen al irracional e inexplicable número de elementos urbanos que se están añadiendo a este monumento de la ciudad, en el que aun se está a la espera de que se proceda a la reconstrucción completa de la muralla del S. XVII que han destruido durante las obras del parking.


Asimismo el basamento o pedestal en que se ubicará la estatua de San Vicente de Paúl, al haberse desechado la idea inicial de dedicarla a Fray Luís de Granada, en la Plaza de Santo Domingo, resulta por si solo debido a su forma y a su gran altura un verdadero pegote, suponiendo en el conjunto donde se ubica un elemento perturbador para la contemplación de la fachada de la Iglesia desde su mejor perspectiva, esto es, bajando desde el Paseo de San Francisco por la calle Guardia Civil. La Asociación Amigos de Badajoz quiere recordar por medio de este comunicado lo improcedente de tal propósito, dado que la Iglesia del S. XVI de la que hacemos mérito es un bien incluido en el Catálogo de elementos de interés histórico artístico y ambiental del Plan General Municipal vigente y recientemente aprobado (antiguo PGOU), con nivel de protección B, que alcanza a su entorno o espacio publico adyacente según el art. 2.4 de sus Ordenanzas reguladoras redactadas por el propio Ayuntamiento de Badajoz.
Es por ello por lo que se sugiere al Excmo. Ayuntamiento que, en aplicación de sus propias normas, acuerde retirar tal pedestal colocándolo en un lugar uno de menor volumen y menor protagonismo que no vulnere tales Ordenanzas y al mismo tiempo permita la contemplación del inmueble con su escultura de Santo Domingo flanqueada por escudos dominicos de mármol y otros elementos de interés artístico.

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