domingo, 23 de mayo de 2010

Visita guiada Portillo de la Trinidad

La visita de hoy empezó en la Puerta de Trinidad, antaño situada un poco más abajo conocida como Puerta de Sevilla que era de acceso directo y estaba flanqueada por dos torres situadas en la antigua muralla. Durante la Guerra de Restauración sufrió muchas modificaciones, se añadió una estacada, una media luna, foso, etc. En 1680 se derrumbó y se levantó la que vemos en la actualidad construida curiosamente en el flanco izquierdo del baluarte del mismo nombre con el escudo de Carlos II.

Seguimos con atención las explicaciones del profesor García Blanco que nos relató las condiciones adversas de este tramo de murallas para la defensa. Entramos en el Portillo de la Trinidad, mal conocido como “caño de la Loba” convertido hoy en almacén municipal. Su comunicación con la calle afligidos se encuentra cerrada y no sería dificultosa su puesta en valor. Un poco mas adelante pudimos contemplar cegado, el desagüe intramuros que debió ser el caño de la loba. Pero también aprendimos de nuestro público pues un señor, al que pido disculpas por no quedarme con el nombre, nos relató como se accedía a la galería de fusileros del baluarte de San Pedro.
Hicimos el recorrido por el viejo vivero para detenernos en la Puerta de Mérida ubicada en el tramo más antiguo de la muralla actual abaluartada y sorteamos árboles caídos, maleza y obstáculos que dificultan cada día más el paso por las laderas del recinto.


Como el calor apretaba hicimos una rápida incursión de la portada exterior de la puerta del Alpéndiz, con su maravilloso arco de herradura y el raspado de sus jambas para facilitar el paso de carruajes.
Para ir terminando el profesor García Blanco nos dio las oportunas lecciones en la zona del polvorín del metido, con las nuevas torres encontradas soterradas para terminar en la Puerta de la Coracha, mal conocida como puerta de la traición y que como explicó, nunca llegó a traicionarse Es de una gran belleza y fue construida en una misma fase por los Almohades. Presenta un arco ciego de herradura con dovelas de granito y ladrillos que se alternan que a su vez cubre un arco que reduce la entrada a un simple portillo. Es una puerta digna de tener mejor cuidada con un acceso y vista inmejorable.

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