Este año hemos querido rendir homenaje con nuestro calendario cultural número 20, al edificio Metálico que tan brillantemente ha sido rehabilitado por la Universidad de Extremadura. No nos olvidemos que este edificio está catalogado como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.
Pero este esfuerzo económico por parte de la Universidad TIENE QUE REFLEJARSE EN LA SOCIEDAD, dándole utilidad y que pueda utilizarse en eventos relacionados con la ciudad, por ejemplo en los premios ciudad de Badajoz o eventos similares. Será la forma de no dejarlo caer de nuevo.
Este edificio, ejemplo de la arquitectura del hierro en Badajoz y de lo mejorcito de ésta arquitectura en Extremadura, albergó
el mercado de abasto de la ciudad en la
Plaza Alta aglutinando asi los pequeños negocios que se ubicaban en las calles adyacentes y que muchos de ellos no cumplían con las normas sanitarias de la época, convirtiendo la Plaza Alta en la Plaza Mayor de la ciudad.
En 1890 se encargó el proyecto al arquitecto Tomás Brioso Mapelli, el cual fue aprobado en 1891. Las obras se realizaron entre 1897 y 1899. El mercado dipone de unos 1500 metros cuadrados prácticamente diáfanos, apoyadas en columnas y pilares metálicos, curiosamente fundidas por la misma fábrica sevillana encargada de las barandillas del puente viejo, la casa Pérez Hermanos. Junto a la entrada y en los costados del edificio se reparten arcos de medio punto. La cubierta de la nave central es a dos aguas y plana en la de las laterales. Los arcos de entrada se adornan con un escudo de Castilla y León y dos escudos laterales de la ciudad sobre rosetones circulares, que han sido recientemente rehabilitados a petición expresa de la Asociación Amigos de Badajoz. El edificio tiene 25 metros de anchura y 60 metros de longitud.
Su mal estado de conservación en la Plaza Alta y la idea de remodelarla bajo un nuevo proyecto del celebre arquitecto Menéndez Pidal que nunca llegó a realizarse, se decidió desmontar el antiguo mercado en 1975 y vender sus piezas como chatarra. El periodista de HOY, José María Pagador, subió a la plaza para informar del derribo y, al ver que estaban cortando y cargando la estructura metálica
para chatarra, amenazó con que si no paraban denunciaría el asunto no
solo en el periódico sino también en el juzgado. De allí se fue al
despacho del alcalde y le amenazó con lo mismo. Consigió que parasen el
destrozo de inmediato. En el Ayuntamiento reconocieron que no había dinero para reparar y
trasladar el edificio a la Universidad, para biblioteca, que fue la
primera idea que se le ocurrió al periodista, entonces organizó la NOCHE GITANA, con
un lleno absoluto y con ese dinero se financió el principio de la
recuperación del edificio. Julio Luengo, director de la SER, y el director en HOY, Antonio
González-Conejero, ayudaron a difundir y a organizar los
pasos posteriores. Asi fué como se salvó este edificio para el disfrute de generaciones futuras. Finalmente el mercado fue trasladado y vuelto a montar en 1977, al campus Universitario que por entonces iniciaba su marcha, salvandose así un elemento de gran interés para la ciudad. Tambien se liberó a la Plaza Alta de un edificio que colapsaba su entorno y que alteraba su contemplación. Esto tambien supuso la muerte o decadencia para el barrio.
Yo llegué como periodista a la plaza Alta a informar del derribo y, al ver que estaban cortando y cargando la estructura metálica para chatarra, amenacé con que si no paraban denunciaría el asunto no solo en el periódico sino también en el juzgado. De allí me fui al despacho del alcalde y le amenacé con lo mismo. Conseguí que parasen el destrozo de inmediato. Y como me dijeron en el ayuntamiento que no había dinero para reparar y trasladar el edificio a la Universidad, para biblioteca, que fue la primera idea que se me ocurrió, organicé y dirigí la NOCHE GITANA, con un lleno absoluto y con ese dinero se financió el principio de la recuperación del edificio. No hubo más ciudadanos. Solo Julio Luengo, como director de la SER, y mi director en HOY, Antonio González-Conejero Martínez, me ayudaron a difundir y a organizar los pasos posteriores. El hecho es que si yo no subo ese día a la Plaza Alta, hoy no existiría el edificio metálico. Sin ninguna duda
Yo llegué como periodista a la plaza Alta a informar del derribo y, al ver que estaban cortando y cargando la estructura metálica para chatarra, amenacé con que si no paraban denunciaría el asunto no solo en el periódico sino también en el juzgado. De allí me fui al despacho del alcalde y le amenacé con lo mismo. Conseguí que parasen el destrozo de inmediato. Y como me dijeron en el ayuntamiento que no había dinero para reparar y trasladar el edificio a la Universidad, para biblioteca, que fue la primera idea que se me ocurrió, organicé y dirigí la NOCHE GITANA, con un lleno absoluto y con ese dinero se financió el principio de la recuperación del edificio. No hubo más ciudadanos. Solo Julio Luengo, como director de la SER, y mi director en HOY, Antonio González-Conejero Martínez, me ayudaron a difundir y a organizar los pasos posteriores. El hecho es que si yo no subo ese día a la Plaza Alta, hoy no existiría el edificio metálico. Sin ninguna duda
En el año 2007 la propia Universidad tuvo que cerrar al público las instalaciones del edificio metálico por su mal estado de conservación. En 2018 bajo el proyecto del arquitecto Francisco Hipólito Ojalvo se termina la actual y respetuosa rehabilitación del edificio, saneando y protegiendo contra el óxido todas las pilastras y lamas. Se repone completamente la cubierta para evitar filtraciones, se integra la iluminación con el interior y el exterior del edificio y se ha cuida mucho la accesibilidad en todo el edificio La rehabilitación del mercado ha sido distinguido por el Ministerio de Cultura del Gobierno de España como mejor ejemplo de rehabilitación del Patrimonio Industrial en el bienio 2017-18, asi como premio Otaex en la Asamblea de Extremadura, que reconoce la inclusión y la eliminación de barreras por parte de personas físicas.
Declarado en 2012 monumento BIEN de INTERES CULTURAL, tanto el edificio como su entorno, ahora resulta imposible poder trasladarlo o ubicarlo en cualquier otro punto de la ciudad.
de izquierda a
derecha Francisco Hipólito arquitecto de la rehabilitación, Antonia
Sanchez AdB, Urbano Carballo Presidente de Caja Rural de Extremadura,
Manuel Cienfuegos AdB y José María Portillo Director de Caja Rural de
Extremadura
Esta iniciativa cultural no podría realizarse sin la inestimable colaboración económica de Caja Rural de Extremadura que patrocina el calendario y la colaboración de la Universidad de Extremadura.
Pueden recogerse gratutitamente este calendario en las oficinas de Caja Rural de Extremadura en la ciudad de Badajoz hasta agotar existencias.
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